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domingo, 18 de diciembre de 2011

Los chicos del coro

Es una película francesa dirigida por Christophe Barratier y estrenada en 2004. Escrita conjuntamente por Barratier y Philippe Lopes-Curval, está basada en la película de 1945 La Cage aux Rossignols, que fue adaptada por Noël-Noël y René Wheeler a partir de una historia de Wheeler y Georges Chaperot.




En 1949, Clément Mathieu (Gérard Jugnot), profesor de música en paro, empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores. Especialmente represivo, el sistema de educación del director Rachin (François Berléand) apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos difíciles. El mismo Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae poderosamente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con la magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre.



La película denuncia la intransigencia del director, su rigorismo punitivo y su estrategia basada en el principio de "acción/reacción", es decir "ninguna falta sin castigo". El film contrapone a la educación represiva, la educación basada en la motivación, la incentivación de los chicos, el trato afectuoso, el establecimiento de unas relaciones inspiradas en la comprensión y la confianza y la utilización de la música como medio de trabajo y objeto de aprendizaje. La música eleva la autoestima de los chicos y les proporciona interés por esforzarse, colaborar y trabajar en grupo.
Casi sin pensarlo, el vigilante se enfrenta a un grupo de chavales conflictivos con los cuales tiene que ir resolviendo problemas sobre la marcha haciendo así gala, sin intención, del talento como profesor y excelente calidad humana de la que tanto carece, por ejemplo, el director Rachin.





Una película clásica para todos los públicos, con protagonistas de todas las edades y con la mezcla exacta de ternura, pasión, búsqueda de la justicia, valoración de la genialidad y un espíritu medianamente travieso sin pasarse lo más mínimo de la raya."
(Javier Ocaña: Diario El País)

Hermosísima, sin la pretensión de repetir los pasos sagrados de Louis Malle en 'Au revoir les enfants' (...) pero con la enorme ambición de convertir al espectador en una persona mejor. (...) Una pequeña maravilla"
(Federico Marín Bellón: Diario ABC)



Posteado en el museo pedagógico el día 18 de diciembre de 2011

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